1. Lavarse las manos por 30 segundos: Resulta ser lo más efectivo entre las otras medidas de higiene individual y colectiva.
3. Hacer ejercicios de relajación: Practicar la relajación durante 15 minutos como mínimo, ya sea contemplando el paisaje, orando y/o estirándote, entre otras actividades, ayuda a balancear nuestras emociones y contribuye a nuestro bienestar, lo que fortalece nuestro sistema de inmunológico.
4. Poner limón a tu agua: Por sus altas concentraciones de Vitamina C y propiedades depurativas, el limón es clave para protegernos del virus.
5. Respirar: Hacerlo de manera consciente y profunda no sólo estimula la relajación del sistema nervioso, sino que, según algunos estudios, podría tener efectos beneficiosos en la presión arterial. La respiración profunda facilita la entrada del oxígeno en los pulmones, a la vez que la salida del dióxido de carbono saliente, lo que contribuye a bajar el ritmo cardiaco y la presión arterial. 6. Activar la circulación y sistema linfático: Al momento de bañarte, alterna agua caliente con agua fría. De esta manera, estimularás la formación de glóbulos blancos que defienden el cuerpo de enfermedades.
7. Preparar tu propio desinfectante y descongestionante: En un envase con rociador, echar 3 gotas de aceite esencial 100% puros como el de eucalipto, menta, limón, lavanda o incienso (Frankincense). Mezclar con 8 onzas con alcohol etílico de 70% o más. Aplicar en las manos como método preventivo. Para aspirarlo cuando sea necesario, rociar un poco en algún pañuelo; usa una distancia de 6 pulgadas al momento de inhalarlo.
8. Vaporizar: El incienso, eucalipto y la menta son muy beneficiosos por sus poderosas propiedades antivirales. Asimismo, alivian síntomas como la tos, dolores de cabeza y bronquitis, entre otros. Se podrían usar como vaporizadores, respirándolos o añadir dos gotas a un recipiente con agua caliente y respirar cerca. Sigueme En Instagram